viernes, 27 de abril de 2007

Bazán le contesta a Majul por el comentario sobre su columna: "Aptra, la impresentable"

Efectivamente hay periodistas que integran Aptra que son colegas serios. Lo digo claramente en la nota: "Hay periodistas reconocidos del medio en Aptra, es cierto". Con muchos de ellos me unen además lazos de amistad, admiración y compañerismo. Con ellos he charlado ya estos temas cientos de veces. Hay algo en lo que no concuerdo con ellos. Todos aceptan un sistema discutible de inclusión en Aptra (tengo cantidad de ejemplos, para no usar solamente el mío, de colegas que siendo claramente periodistas de televisión y radiofonía de argentina no pueden integrar la asociación porque los integrantes de la asociación no lo permiten). Entonces ¿qué importa que sean serios? El ingreso a Aptra no lo es. Aceptan participar de un sistema de elección junto con agentes de prensa. Todos los integrantes de Aptra aceptan una institución que tiene un único fin anual: organizar una fiesta para recaudar fondos. Como si fuera poco, la fiesta es para barnizar la vanidad de quienes deberíamos criticar. Pero como si aún eso fuera poco, hay un general desconcimiento supino de los rubros técnicos, porque no son glamorosos. Pero incluso como si todo esto fuera poco, Aptra como institución acepta que enla televisión actual hay que premiar realities y no programas culturales o educativos. Aptra como institución acepta callarse la boca frente a la política laboral que en televisión y radio es en muchos casos feudal. Como institución dedicada a esta cuestión, ¿no hay nada que decir sobre las condiciones de trabajo de la gente de la televisión y la radiofonía?¿Entonces, qué quiere decir "generalizar" en este caso? Hablo de Aptra porque es Aptra, no son algunos integrantes de Aptra. Es Aptra la cholula, la frívola, la interesada. Algunos de sus integrantes no lo son, cuando no están en Aptra. En tanto miembros de Aptra, lo siento, creo que sí lo son. Y no es soberbia, son simplemente los datos de la realidad. Si no podemos como hipercríticos opinar con estos datos en la mano, no entiendo para qué estamos. Y repito, la única legitimidad que tienen los premios se la da la competencia de vanidad entre premiados y premiadores. ¿O es casual que al día siguiente de la entrega se hable más de diseñadores de ropa que de directores de televisión? Ése es el único fin: ir a una fiesta, tomar un poco de arriba y salir en las fotos. ¿De qué legitimidad se habla? El Martín Fierro es parte de la hipocresía general del ambiente televisivo, se lleva perfecto con el ambiente habitualmente hipócrita de la televisión (y dejémenos de joder con la radio, que es un premio que no le interesa a Aptra, lo dan a desgano y sólo premian en general a quienes conocen de la tele). Igual, el Martín Fierro está galvanizado. Se banca cualquier cosa porque la industria y sus integrantes necesitan de las burbujas de una noche y ya ni me da gracia decir otra vez, como todos los años, esto. Porque importa menos que el premio todavía.

Osvaldo Bazán

Luis Majul sobre la columna: "Aptra, la impresentable"

Osvaldo:

Tengo muchas cosas que criticar de APTRA. De hecho, La Cornisa y muchas de sus producciones, son y fueron ignoradas durante años solo porque yo armé el borrador de los premios CAPIT, que iban a competir con el Martín Fierro.

Pero una cosa es criticarlos y otra cosa es ignorar la legitimidad que le da una parte de la sociedad, otra buena parte de la industria y también los televidentes.

Además, hay muchos periodistas que la integran y que, lejos de ser truchos o impresentables, son unos laburantes serios y que transpiran la camiseta. No menciono nombres para no ser injusto. Pero, por favor ¡¡¡¡No generalicemos más!!!.

Al final ¿Quiénes somos los hipercríticos para levantar el dedo, de una sola vez, y contra todos, sin resaltar los matices, las diferencias y las excepciones?

Luis Majul

Juan Terranova sobre la columna: "Aptra, la impresentable"

Las dos notas de Bazán me resultaron excelentes. Tienen la pimienta y la info justas. Pero a través de este post quiero hacer una pregunta: ¿Los premios Gardel no son todavía peores que los Martín Fierro?

Juan Terranova

Juan Terranova sobre columna de Julián Gallo:

"La crítica es la presentación de una tensión que el panegírico no contiene"

La primera columna de Julián Gallo me resultó excelente. Es muy probable que de este combo-patota que se armó y que se ha dado en llamar Hipercritico, sea el que mejor escriba. (Lo siento por los otros y mucho más lo siento por mí.) Por ejemplo, este párrafo es memorable a días de la apertura del sitio:

"Cuando Majul me llamó en febrero en el medio de mis vacaciones en la playa y me contó la idea de Hipercrítico, no me gustó. Cuando me dijo el nombre del proyecto, no me gustó. Cuando pude ver el diseño, no me gustó. Cuando me enteré de que no tendría comentarios directos y sin moderación previa, no me gustó nada. No me gusta la publicidad de Formosa, Neuquén y Buenos Aires (detesto la publicidad institucional). No me gusta que el sitio esté encabezado por un video viejo (¡sáquenlo ya!). No me gusta la declaración de principios, etc. Sin embargo hay algo de todo esto que me gusta y es la voluntad que pusieron para hacerlo y el riesgo real que implica. Se que el entusiasmo para llevar a cabo Hipercrítico es auténtico. No dejo de preguntarme por qué lo hace Majul teniendo tantas tareas en su vida. Entiendo a todos los demás columnistas (ninguno pudo decirle que no con eficacia)."

Por todo esto, acá va una respuesta.

Gallo escribe:
"Qué sentido tiene criticar lo que hacen los otros. Marco Aurelio hace 2000 años fue categórico al respecto " Todo es opinión". Está el hacer y la opinión. La opinión no es nada, nadie convencerá a otro, nadie prevalecerá con argumentos sobre otro, ni siquiera por la fuerza. Y si la crítica es opinión, o sea nada, la hipercrítica será hibernada. ¿Qué sentido tiene?"

Este razonamiento es falaz porque la opinión –en nuestras sociedades democráticas tamizadas por los medios de comunicación– se parece más a todo que a nada. Por otra parte, el "hacer" y la "opinión" no se separan con tanta facilidad. En mi visión sobre el asunto, la crítica es la presentación de una tensión que el panegírico no contiene. En lo que atañe a mi género, la crítica literaria consiste en la opinión –que puede tomar muchas formas diferentes- de un tipo, el crítico, sobre un libro o un autor. Así, entiendo el prefijo "hiper" como profundización y la extensión de la crítica literaria a una serie de lugares y discursos que, por más desagradables que sean u ocultos que estén, generan sentido. (¿No es un hipermercado, un mercado más perverso, grande y resplandeciente?) Eso me interesa de Hipercrítico. En "por qué soy parte…" escribí, en una oración que no es del todo sintácticamente correcta: " Porque no olvidemos que el escándalo, el malentendido y el idiotismo son parte central de la cultura argentina."

Si Hipercrítico genera roces o fricciones, es porque estos existen. La tarea del crítico es seleccionar bien (que equivale a leer bien), jerarquizar y producir su texto. Cada cual, luego, hará esto lo mejor que sepa o que le salga, o como lo juzgue apropiado. No hay banalidad ni errores en este punto de partida. Como bien dice Gallo, su realización material y simbólica es otra cosa y eso se determinará en el futuro. Porque pese a todo, entiendo en los señalamientos de Gallo tienen cierta verdad, cierto resguardo unido a una rebeldía que juzgo válida. Esto se resume en un "Nadie me dice qué o cómo escribir". Lo admiro en ese enunciado. (Si lo quieren de forma psicoanalítica, Gallo se afirma en un "Mi significante amo no es ejercer la violencia contra otro". Y eso lo apruebo.) Una cosa más sobre su anticlericalismo y su anti-periodismo. Fue, creo, Julia Cristeva la que dijo: "El que entra a la iglesia y se arodilla para persignarse, cree; no importa que después escriba un libro sobre anarquismo o rompa la foto del Papa en un concierto de Rock." Salud, Gallo. Es un honor escribir a su lado.

Juan Terranova

Pablo Llonto contesta: ni el boxeo ni el automovilismo son deportes

Si sostengo que ni el boxeo ni el automovilismo son deportes, mal puedo tolerar que su cobertura se realice en las páginas deportivas.
Deberán ir a Economía (¿en la subsección negocios?), a Policiales o a Información General.
O a la Claringrilla, pero a Deportes no. En tal caso, podemos sugerir que se inaugure una sección en los diarios, su nombre podría ser "Espantos".
Si el automovilismo fuera un deporte, ¿por qué no hay carreras de autos en los Juegos Olímpicos?
Si el boxeo fuese un deporte, ¿por que en los Juegos Olímpicos hay que pelear con cabezales, rounds de 2 minutos y si cae una gota de sangre el combate se detiene? ¿será ese el verdadero boxeo? Si queremos al boxeo entre los deportes deberíamos ser consecuentes y abrirle las puertas al "vale todo", la ruleta rusa, tiro al blanco con tanques, las riñas de gallos, las picadas en Libertador... Yo no pido que ocultemos la información, todo lo contrario. Lo que pido es que la pongamos en el lugar correcto. La barbarie hay que contarla, por eso soy partidario de mostrar fotos de cadáveres, mutilados, el horror de la guerra. Si la humanidad toma nota de sus crímenes tal vez se digne arrepentirse. Este fin de semana los periodistas se horrorizaron porque mientras moría un piloto, la carrera continuaba. El problema no es que la carrera continúe, es que el deporte continúe. Vamos al boxeo. El boxeador profesional busca destruir al adversario. Y la gente aplaude destrozarlo. Cuando a Monzón le gritaban "matalo al Negro", Monzón iba y quería matarlo.
Preguntale al fantasma de Alicia Muñiz, o a su hijo vivo, que piensan del Dale campeón.
Somos el único país del mundo que le hizo un monumento de cinco metros al cobarde que tiro a su esposa de un balcón después de romperle la cara y asfixiarla. ¿Boxeo recreativo en el Almagro Boxing? Brillante, eso sí es deporte. A Nicolino Locche le decían El Intocable.Desde los 50 años le costaba coordinar palabras por los destrozos que tenía en el cerebro. Y él era el supuesto Intocable.
Es muy lindo el boxeo épico, ver Toro Salvaje o Rocky VI en el living, leer a Mailer. Pero hay que verlos a ellos, a los que nunca llegaron felpeados, muertos o sin habla deambular por Constitución. Mientras tanto, tendremos que seguir en los ring side tomando nota de los combates y reporteando a los héroes de la noche. Y diciendo la inmortal frase de los relatores de boxeo. "señor árbitro, detenga la pelea, ¿es que no ve que el rival ya ha recibido suficiente castigo?" Y gracias por la discusión, lo bien que nos viene...pensar.
Pablo Llonto

martes, 24 de abril de 2007

Sobre la nota: "Periodistas deportivos: especialistas..."

No entiendo la postura anti-box de Llonto.

La verdad es que no la entiendo. ¿Qué se logra sacando al box de los suplementos deportivos? Creo que perder la posibilidad de escribir algunas buenas crónicas deportivas. ¿Sacar la página política borra los negociados? O en todo caso, ¿sacando el fútbol habría menos muertos en las peleas entre barra-bravas? Cada tanto voy a hacer un poco de soga al Almagro Boxing Club, el de Avenida Díaz Vélez. El clima es muy bueno. No todo hincha es criminal, y obvio no todo el box es asesino. La historia dicta que suprimir nunca es la solución.
Juan Terranova

opinión sobre la siguientes nota de Hipercrítico

martes, 17 de abril de 2007

Sobre la nota "Boberías de periodistas..."

Querido Pablo:

No es necesario que te escriba una vez más lo que te respeto de verdad.

Pero quiero ser sincero conmigo, con vos, y no callarme la boca.

¿Quién dijo que a la gente no le interesa los dimes y diretes de la ida del mellizo de Boca?

El domingo pasado, mientras miraba el superclásico por televisión, junto con mi hijo, en una pizzería de Independencia y Entre Ríos, comprobé como la mayoría de los presentes se pararon para aplaudir el ingreso de Guillermo. Y no solo eso: muchos empezaron a discutir, cuando faltaban muy pocos minutos para el final, si Barros Schelotto debía irse o quedarse en Boca.

Se que me vas a decir que en realidad esto sucede porque se Pone en Marcha una Gran Maquinaria que le da Manija al Asunto para manipular los gustos de los hinchas.

A mi la cosa me parece más sencilla, y menos retorcida.

Y luego: soy conciente de que hay cientos de miles de argentinos que ya estarían muertos porque no podrían pagar los múltiples tratamientos a los que fue sometido Diego.

Pero también, me importa, y mucho, la salud de Diego.

No quiero que se muera.
Y me importa, y mucho, cada parte médico que aporta más información.
¿Acaso es un pecado que me interese?

Te digo más: a veces me quedo pegado a una transmisión de fútbol solo para que Pasarella diga “la pelota no dobla”.

Y sin embargo, todo eso, no me hace olvidar ni un segundo que un hijo de remilputas reventó a quemarropa a Carlos Fuentealba y que hay un responsable político que debería ser sometido a juicio para que esto no se repita más.

Fuerte abrazo hipercrítico.

Luis Majul
http://www.hipercritico.com